jueves, 19 de agosto de 2010

La muchacha que se sienta al lado

"…odio los buses que cargan esperanzas con la muchacha de al lado, esperanzas que se frustran en toda hora y en todas partes…"


 

La muchacha que se ha sentado a mi lado en el bus tiene ese aroma que lo pone a soñar a uno con pronósticos que no se van a cumplir. Las rodillas que se insinúan a través de su bluejean obligan a imaginar lo que podría ser un muy aceptable par de piernas. Sus tenis Converse blancos de Metallica –edición limitada- incitan a mi boca para que la invite a caminar. Por ahora, silencio.

Sus manos son algo más que perfectas. Así lo asumen mis ojos. Se presumen frías a la distancia. Supongo que sería lindo dejarse acariciar el rostro por esos dedos largos y limpios que se abandonan al deseo ajeno. El color de su cabello me pide que extienda hasta el extremo más lejano posible la mirada del rabillo de mi ojo. Es negro, juega alegre y hostilmente con el viento y un pendulante mechón anuncia su rostro a la vez que lo cubre.

Mis ojos, a esta altura del relato, han perdido cualquier escrúpulo y mi cabeza obedece. Sin demasiado disimulo miro su boca grande y risueña; sus ojos verdes y oscuros enmarcados en unos bonitos lentes de montura roja, sus facciones firmes y serias, las mismas que no ocultan con suficiente éxito un pasado lejano y no, en el que ha gozado desde el más íntimo de los placeres hasta el más estúpido de los chistes.

La miro casi de frente y el temor de ser descubierto da paso al deseo de ser correspondido, si no con una mirada igual de intensa, sí con una sonrisa o un gesto, si se quiere, de incomodidad o algo. Algo.

Esto es lo malo de viajar en bus. Se suele elevar la imaginación a la máxima y más ridícula de las potencias. Debo reconocer que la idea de salir caminando tras ella apenas decida bajarse del vehículo vino acompañada de una fantasía en la que su cuerpo desnudo se dejaba arremeter por el mío.

En la otra orilla de mi hilarante e imaginativa selección de fantasías, están mis manos descubriendo su ojo izquierdo; alejando el mechón travieso y anclándolo detrás de su oreja; intento que fracasa casi de inmediato al derrumbarse todo y notar cómo un alud de cabello se abalanza suave y alegremente, otra vez, sobre su rostro.

La mujer que se ha sentado a mi lado en el bus ha descendido. Obedezco a mis impulsos y bajo tras ella. Camino un par de calles más de las que requería para llegar a mi destino, pero me acompaña, feliz sorpresa que interrumpe mi itinerario, su figura mientras la persigo. Clandestino espía a pocos pasos de sus pasos.

Como lo tenía planeado al iniciar mi viaje, me acerco a la taquilla, elijo (?) la mejor película disponible, la silla más acorde a mis ojos y mi comodidad, pago el tiquete, ingreso a la sala, ocupo mi lugar y me dispongo a guardar silencio –casi- durante un par de horas. Casi.

La muchacha que se ha sentado a mi lado en el cine tiene ese aroma que lo pone a soñar a uno con pronósticos. Mi brazo la rodea y mis dedos –torpes, es bien sabido- juguetean con su cabello. Ella sonríe; hago lo propio. Luces, cámaras, acción.

Es bonito venir a cine con la muchacha que se sienta al lado. La de los lentes rojos, la de los tenis blancos. La que tiene un formidable mechón de cabello cubriendo su rostro. La que se deja besar por mis labios mientras mi cara se deja acariciar por sus dedos largos, blancos y fríos. Como lo supuse hace un rato, es lindo que lo haga. Y que lo haga, precisamente, la muchacha que se sienta al lado.

5 comentarios:

  1. Que entrada tan linda, veo que la inspiración continua ahí.
    un abrazo

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  2. La muchacha que se sienta al lado ha de ser la más feliz por tener unos converse blancos Metallica -Edición limitada-, ha de ser algo ñoña con su marco de lentes rojo...y debe sonreir como una tonta cuando lee esto y se cree sentada a su lado.

    La muchacha que se sentó a su lado.

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  3. Deje a mi hermana en paz !!!!


    Ja ja ja ja ja

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  4. Tremenda entrada! Una nota parcero, escribe re-bien. A mi me pasa eso todo el tiempo: "odio los buses que cargan esperanzas con la muchacha de al lado, esperanzas como aquellas que..."
    Saludos, lo sigo en twitter, simplemente estupendo.

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